Hay que vivir para ver lo que le puede decir un compañero a otro nada más comenzar la jornada.
Vamos a dar un poco de flashback, aunque ahora esté de moda el flashforward.
La semana pasada, el miércoles concretamente, fui al médico para unos temas de salud (suele ser por eso que uno va al médico, aunque hay quien va por pura costumbre), y decidí cumplir con mi labor cívica y donar sangre. Siendo vasco como soy, tengo un grupo sanguíneo de estos que llaman "donante universal", y cuando me ven las enfermeras, sacan las agujas más que un tigre sus zarpas.
El caso es que, después del desagradable trago de inyectarme una agujón y hacerme bombear 450ml de mi líquido vital, me dieron una coca cola, un sandwich, y al trabajo. Pasé un día más o menos normal, me fui a casa, y me levanté al día siguiente creyendo que había corrido la Maratón de Nueva York.
Total, que pasé el día flotando entre oficinas, y recordándole a mi cuerpo cosas básicas como "horizontal, vertical", "pierna izquierda, pierna derecha" y, llegados a la hora de ir al gimnasio, le dije a D.S.: "tío, hoy no puedo, no quiero morir". Él, muy diplomático, dijo "vale", cosa que me sorprendió, porque pensé que aprovecharía la ocasión para meterse conmigo como un abusón en el recreo.
No, el tío es más ruin y calculador. Se la ha guardado y hoy, cinco días después, me dice buenos días y suelta un: "a ver si hoy no te rajas, como siempre".
Está visto que el listón está alto, altísimo. Aquí no vale fallar un día porque te crucifican. En fin, yo tengo mi bolsa de deporte, y toda la intención del mundo de saludar a mi instructura de abdominales otra vez mientras me mira con cara de "criaturica mía, levanta esas piernas...".
Y a lo tonto, entramos en nuestra tercera semana. Tres más y cumplimos meta volante!!
J.V.
Solomillo de Cerdo al Curry con Setas
Hace 13 años
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