Bueno, club de fans, lo estamos consiguiendo día tras día.
Ayer, D.S. y un servidor fueron a su CUARTA sesión de gimnasio. Sí, fuimos el sábado como dos campeones, y eso que habíamos salido el día anterior. Hemos aprendido que, si bien los fines de semana hay que hacer ejercicio, no pasa nada por no hacerlo a primera hora. La vida es para disfrutarla.
Así que ayer llegamos por los pelos, yo a mi clase de abdominales, D.S. a la de Spinning. Sí, amigos y amigas de Geeks Fitness: spinning, esa clase donde en teoría, si no mueres, no has ido a clase.
Yo estaba deseando que D.S. fuera a spnning. ¿Por qué? Pues no lo sé, por un lado porque sudar es bueno para el corazón, porque es todo un reto, y sobre todo porque yo no voy. El tema es que reconozco que le piqué, le forcé, le extorsioné, e hice todo lo posible para que entrara a esa clase: "vamos, si en el fondo quieres ir...". Lo que yo no sabía es que entró con una botella de agua vacía ("a quién se le ocurre!!!!") y, cuando le vi pedalear según yo salía de la clase de abdominales... sentí una mezcla de profunda admiración, descojono, compasión, y ganas de entrar ahí y gritarle: "vamos, Amstrong, una más!! una más!! No me pongas esa cara de cansacio!! Los héroes no se cansan, no se dan por vencidos!!". Qué fácil es estar fuera de clase y juzgar sin padecer...
No pude hacerlo, pero aquí viene la sorpresa. El tío sale por su propio pie (creí que iría a cuatro patas), bebe media botella de agua (na, un cuarto de litro después de haber sudado el Mediterráneo, eso es lo que le cuesta a D.S. recuperarse), y dice "nunca más". Acto seguido se hace un circuito de musculación como si nada, y dice "creo que me voy a casa". Spinning, pesas, y todo ello sin poner cara de estar muerto.
Me quito el sombrero. Olé D.S.
J.V.
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Hace 13 años
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